En alguna ocasión cuando hice una visita a un ortodoncista en América del sur, lo hice con la intención de dar seguimiento a una extraña reclamación, esta era que todos sus brackets autoligables se encontaban dañados; uno de vez en cuando, podría ser – hasta cierto punto – “normal”, pero todos?… Para no extenderme demasiado, eran las auxiliares mismas las que hacían intencionalmente estos daños.
Por increíble que parezca, así fue… Resulta que el ortodoncista era una persona que cuidaba cada aspecto de su consultorio, lamentablemente uno de los pilares principales de cualquier empresa estaba olvidado, me refiero al staff.
No hay que olvidar que las empresas las hacemos las personas y en la gran mayoría de las veces, el éxito de una compañía, negocio, consultorio, etc., se debe al trabajo y esfuerzo del factor humano.
Las auxiliares estaban desmotivadas; sueldos y prestaciones muy básicos; no dejaban el trabajo por la necesidad de este y la carencia de vacantes en el medio; entonces el razonamiento de ellas era, “Si el Dr. no reconoce nuestro trabajo y empeño, si él gana bien y a nosotras no nos reconoce parte de este éxito, pues entonces que le cueste a él.”
En este orden de ideas, la única manera de “vengarse” fue generándole costos por brackets dañados. La confesión de las auxiliares me desconcertó – y sorprendió – en sobre manera. Tanto a ellas como al ortodoncista, los conozco ya de tiempo atrás porque son clientes fieles a la marca para la que trabajo y gracias a esa confianza de tiempo, ellas expresaron su sentir hacia mi.
Con esta extraña, pero verdadera historia pude reconocer lo importante e indispensable que es cuidar al personal, tratarlo como parte del equipo y no solo como un empleado más. No olvidemos que personal motivado se compromete más con la empresa, negocio, consultorio, etc. y si de antemano este sabe que si al ortodoncista le va bien, automáticamente a el también, entonces harán lo que en sus manos sea posible por hacer excelente su trabajo, de manera más eficiente y con mayor iniciativa.